Editorial  

La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y sus proyectos especiales han logrado avances significativos en la implementación del manejo forestal sustentable a nivel de los ejidos y comunidades forestales del país, promoviendo intervenciones silvícolas que consideren las mejores prácticas de manejo y de conservación de biodiversidad.

Por una cuestión de eficiencia y de multiplicación de impactos, poco a poco la intervención institucional ha venido transitando hacia un enfoque regional, pasando de la dispersión de inversiones, conocimientos y esfuerzos hacia una visión de integralidad, conectividad y  complementariedad.

Para fortalecer este tema, desde finales de 2017 la CONAFOR implementa el  proyecto Fortalecimiento del Manejo Forestal Sustentable con Enfoque de Paisaje en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México y cuenta con financiamiento del Banco Mundial; el proyecto plantea  una estrategia de acompañamiento para potenciar las prácticas de sustentabilidad a nivel paisaje, en las áreas de medio y alto potencial productivo, sirviendo como piloto de la aplicación de acciones de carácter regional que después pueden ser apoyadas directamente por la institución.

Una herramienta fundamental del proyecto es la elaboración de Acuerdos Regionales, generados a partir de plataformas de planeación colaborativa de los actores en el territorio; a la fecha se cuenta con 28 acuerdos regionales firmados a nivel nacional. Para generar estos instrumentos se lleva un proceso de sensibilización y desarrollo de capacidades de los productores sobre las mejores prácticas y sobre las repercusiones que tienen sus acciones en los elementos del paisaje (agua, suelo, biodiversidad, fuego) y cómo también estos elementos influyen en sus ejidos y comunidades. Algunos acuerdos regionales han logrado escalar, pasando de ser una estrategia para mejorar el manejo y la gobernanza comunitaria, a convertirse en estrategias regionales de producción y comercialización de productos forestales certificados[1]

Con presencia en 15 estados de la República (Chihuahua, Durango, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo), el proyecto busca además contribuir al incremento de la competitividad de los bosques y selvas productivos de México, fortaleciendo así las Estrategia Nacional para la Re-ducción de Emisiones por Degradación y Deforestación en México (ENA-REDD+) y la Estrategia de Desarrollo Forestal Sustentable con Enfoque Terri-torial.

En la presente revista se hace un recorrido por el tiempo y el espacio (regio-nes de intervención del Proyecto), de las cuales se cuentan historias de éxito directamente por sus protagonistas, se expresa la opinión de socios y cola-boradores del proyecto sobre los retos y lecciones aprendidas durante la im-plementación de las 5 líneas generales de acción (Fortalecimiento de Empre-sas Forestales Comunitarias, Manejo forestal Sustentable, Certificación Fo-restal, Competitividad de EFC, Innovación y mercados) y las líneas de impac-to transversal (Acuerdos Regionales (, desarrollo de capacidades y equidad de género). 

[1]  https://bosquescertificados.mx/

A la fecha, los esfuerzos continúan en la búsqueda de la implementación del Manejo Integrado del Paisaje para expandir las fronteras en la protección y uso sostenible de los bosques mexicanos y en el fortalecimiento de las capa-cidades de las personas que viven en ellos, en beneficio de la sociedad en general; promoviendo el consumo de productos provenientes de bosques certificados, de los cuales se tiene la garantía de un adecuado manejo de los recursos forestales.

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